Noche para el recuerdo.
Concierto de Manolo García en el polideportivo Huerta del Rey de Valladolid. Las colas hasta el puente próximo al recinto sólo podían significar una cosa… entradas agotadas.
Manolo García hace escala en la capital del Pisuerga dentro de su Gira en Acústico con la que está recorriendo la geografía española en este 2019. Y lo hizo con un ligero retraso, pero muy justificado. Varias personas podían haberse quedado fuera del acceso al recinto de no ser por la mediación del equipo del artista, debido a una incidencia con sus localidades. Y es que hoy en día proliferan muchos portales de reventa de entradas que no actúan de buena fe, y es algo con lo que Manolo se muestra muy crítico.
Más de tres horas de concierto, donde el incombustible artista nos demostró una vez más que para él la música es su vida, su manera de ser feliz.
Una intro espectacular a cargo de la violinista Olvido Lanza nos adentra en el mundo particular del barcelonés, en esta ocasión, más especial si cabe, al ser en formato acústico, y donde una cuidada decoración e iluminación nos pondrá la magia necesaria en cada momento de la noche.
Le acompañan 7 músicos. Guitarra española, acústica y laúd, percusión, batería, contrabajo y violín. Si a esto añadimos la voz inconfundible del artista el éxito está más que asegurado. Aunque el concierto es en acústico nos sorprende la utilización de un instrumento electrónico como es un theremin, cuya magia consiste en que se toca sin ser tocado. Igual se siente el público con sus canciones, les tocan el alma sin ser rozados.
Hace un gran recorrido por su extensa carrera discográfica. Durante el concierto escuchamos un par de temas pertenecientes a sus inicios en «Los rápidos», canciones de «El último de la fila» con las que consiguió el éxito y reconocimiento por su trabajo, con temas tan conocidos como «Sara», «Lápiz, tinta», «Llanto de pasión», «A veces se enciende» o «Ya no danzo al son de los tambores», entre otras y también de sus discos ya en solitario con temas que el público cantaba al pie de la letra, como «Pájaros de barro», «A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando», «Nunca el tiempo es perdido», «Como quien da un refresco» o «Un giro teatral». Podemos disfrutar también de canciones de su último trabajo, el 7° ya, «Geometría del rayo» por el que recibió en el 2018 un Latin Grammy al «Mejor álbum Pop Rock». Además de un premio Ondas a su trayectoria musical en el mismo año.
Y es que Manolo García es GRANDE lo miremos por donde lo miremos, derroche de voz de principio a fin, cercano, cómplice con su público, se recorre varias veces todo el pabellón saludando a los allí presentes. Y es ese público fiel suyo, el que le suele agasajar con flores, aprovechando esos momentos de cercanía, cuando se mezcla con su audiencia. Como así lo hizo Lourdes, venida desde Alba de Tormes y que nos contaba a Watios y Decibelios que es algo que hace desde el inicio de su carrera en solitario. Un ramo de claveles, por la letra de ‘Para que no se duerman mis sentidos’: «… de por qué claveles para una revolución…».Y que entrega por ser su música la banda sonora de su vida, y la de su madre.
En la velada hay momentos para todo, de fiesta, más íntimos donde nos lanza una invitación a que disfrutemos de la vida, de lo sencillo, de una mirada, de los amigos, a que busquemos la poesía que tiene cada día. Y momentos de reivindicación donde pide justicia social y respeto por las personas.
«Insurrección» será el tema reclamado por su público al final de la noche, tras tres horas de concierto. Los asistentes aún tienen ganas de más y acabamos a ritmo de rancheras, y como dice una de ellas, Manolo García sigue siendo el Rey!…hasta la próxima maestro!
Podéis consultar el resto de su gira aquí.
WyD On Tour!!!
Texto: Laura Suarez | Foto: José María Giuseppe